Hola, ahora son las 12:59 P.m.
He ido a la escuela para poder recibir mis calificaciones, hasta ahorita me ha ido excelente: 9 en hechos de tránsito, ese David tan gracioso y siempre poniendo la calificación que se nos place. 8 en estadística, un poco bajo pero también no me comporté como debía, además me gusta el desastre y por si fuera poco la clase tiene muy poca relación con mi carrera.. en fin... 8.5 en retrato hablado, sé que podía sacar mejor nota si supiera dibujar, increíblemente mejoré a pesar de no saber las proporciones faciales e ignorar las copias que facilitaba el profesor. 7 en Dactiloscopía, aquí me he enseñado a no dejar las cosas al último y evitar la flojera a toda costa. 10 en fotografía forense, pues gracias a sus métodos didácticos he sido elegido para evitar el examen, lo gracioso del asunto es que no tengo libreta de tal materia. Pero ahora va la materia más difícil, con la profesora de Documentoscopía. Ella se le ha caracterizado por su forma de trabajo, no cabe duda en que es de las profesoras más odiadas debido a lo precisa en cuanto a sus reportes de laboratorio y exámenes orales.
Me dirijí al salón, estoy muy nervioso por ser de los primeros en pedirle mi nota. Toco levemente la puerta de un color azul marino con señales de desgaste de la pintura, la chapa es de un color dorado con muchos rayones debido al tiempo y con diminutas manchas de oxido. De pronto la profesora abre violentamente la puerta y después de esto me analiza de abajo hacia arriba.
I.- ¡Ah! ¿Qué pasó compañero? ¿En qué puedo ayudarte? dicho esto puso una cara de saber por qué estaba ahí, pero quería confirmarlo con mi voz.
D.- Profesora, ¿Qué tal? jeje mmmm... vengo con el motivo de ver mi calificación de su materia.
I.- Mmmmm.. claro compañero, pasa... dijo la profesora al instante.
Rapidamente me dió la espalda y comenzó a caminar con esos tacones tan altos que, debido a su peso parecía pingüino (Nótese cómo caminan). Cerré la puerta y la seguí, era un momento definitivo para ver si tendría un extraordinario o me salvaría de venir las únicas 2 semanas a la universidad a asistir a unos cursos bastante feos durante las tardes, indiscutiblemente la profesora me tenía atado a un profundo agujero de tensión más por la lentitud en la que buscaba la lista de notas del salón dónde pertenezco.
En un parpadear de ojos, se detuvo, había encontrado mi salón y por ende ya era hora de saber mi destino. Paseaba su dedo hacia abajo para ir buscándome.
I.- ¿Del Valle, verdad? cuestionó
D.- Sí profesora... así es...
I.-Mmmmmmmm.... Del Valle....
D.- ...
I.- Aquí estás. Tú calificación final es de 8.5. Fírmame aquí de enterado, por favor.
Literalmente había muerto en ese pedazo de terreno con bancas, había acreditado una de las materias más complejas del segundo cuatrimestre, habría mucho cigarrillo nocturno, bebidas alcohólicas, tiempo de escribir y muchas cosas más. Salí con risa de exceso de felicidad, sólo quedaba bajar todo el maldito edificio para largarme a casa, ¡Sólo eso!. Llegando a la planta más baja iba decidido a irme, pero no sé el por qué mi instinto de obligó a voltear de lado derecho... Ahí estaba un vidrio pesado, este reflejaba de su otro una chica sosteniendo unos binoculares, tenía gafas obscuras, cabello chino color castaño... La observaba a través de un cristal por ende tenía que dar vuelta para ir a verla y saludarla, no la conocía, pero lo iba a hacer. De nuevo mi instinto me notificó algo: No debía hablarle...Me obligaba a alejarme de su radar de vista... simplemente eso... alejarme... Triste me retiré del lugar, pero antes volteé a verla una vez más, hacía una seña del otro lado del cristal como si quisiése llamar a alguien. En efecto, al ver pasar a un hombre lado mío confirmé lo visto hace unos momentos, no volteé y sólo me salí de la institución para poder así ir a mi hogar...
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